Análisis de burnout en el ámbito de la salud

1. Justificación

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el factor humano es clave en el desarrollo y reforzamiento de nuestros sistemas de salud. Así, el número, la densidad y la calidad de los trabajadores sanitarios se encuentran altamente relacionados con la calidad de salud de la población (OMS, 2006).

En relación a esto, la educación y formación de los profesionales requiere contar con una perspectiva orientada hacia la concepción integral de la salud (esto es, que incluya sus determinantes biológicos, ambientales y sociales), una sólida formación científica y la trasmisión de competencias personales (especialmente, aquellas relacionadas con la comunicación, el sentido ético, el trabajo en equipos multidisciplinares, el liderazgo, la capacidad para aprender, etc.) (Risco, 2014).

Pero no solo la formación del profesional está relacionada con la calidad y la productividad del trabajo que presta, sino también la salud, tanto física como mental, de los empleados (Zamora, 2010). En relación a esta última, el estrés laboral constituye uno de los mayores problemas a los que se enfrentan la mayoría de profesionales como consecuencia del desempeño en el trabajo, siendo a su vez promotor del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, dolores musculares y esqueléticos, quejas psicosomáticas y enfermedades crónicas (Aguado, Bátiz, y Quintana, 2013; Barbosa et al., 2014; Carballo, Contreras, Vega, y Gómez, 2017; Gil-Monte, Núñez, y Selva, 2006; Salillas, 2017). Los profesionales sanitarios son considerados uno de los sectores de trabajadores más expuestos a niveles elevados de estrés, tanto de forma puntual como mantenida (Bosquet, 2008; Carballo, Contreras, Vega, y Gómez, 2017; Guadalupe, Fernández, y Herrera, 2016; Jiménez y Pavés, 2015; Kuusio, Heponiemi, Aalto, Sinervo, y Elovainio, 2012; Mingote y Antón, 1999; Mingote y Gálvez, 2011; Mingote, Moreno, y Gálvez, 2009).

El término burnout fue utilizado por primera vez en una novela escrita por Graham Green en 1960. Más tarde, en 1974, Freudenberger realizó un estudio sobre el cambio de actitud del personal sanitario del centro al año del inicio en su trabajo, relacionado con la ansiedad, el estrés y el desgaste, al que denominó burnout. No obstante, el concepto burnout llega por primera vez a un congreso de la APA (American Psychological Association) en 1976 de la mano de Maslach, quien lo define como un proceso de estrés crónico por contacto, caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal, que puede ocurrir entre individuos que trabajan en contacto con clientes o pacientes (Maslach, Jackson, y Leiter, 1996). Así, el Síndrome de Burnout es un síndrome psicológico que se presenta en respuesta a estresores crónicos presentes en el trabajo. Aparece en profesionales que mantienen una relación constante y directa con otras personas, primordialmente cuando esta relación es de ayuda, como es el caso de docentes, terapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, estudiantes, amas de casa, médicos y enfermeros… (Gómez y Estrella, 2015; Tárraga y Serrano, 2016). Quien lo presenta manifiesta actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabaja y hacia el propio rol profesional, además de encontrarse emocionalmente agotado (Martínez, 2012).

En cuanto al síndrome de burnout entre los profesionales de la salud, existen diferencias según la edad, las condiciones de trabajo, el área en el que desempeñan sus labores y el apoyo percibido por superiores y compañeros (Aguado, Bátiz, y Quintana, 2013; Salillas, 2017). Vemos como en los trabajadores que desempeñan sus tareas en las unidades de urgencias y cuidados críticos, los niveles de burnout son más elevados (Aguado, Bátiz, y Quintana, 2013; Jiménez y Pavés, 2015; Núñez et al., 2010; Sánchez- Alonso y Sierra, 2014). Por otro lado, son las mujeres casadas o con pareja estable, con más de 15 años de experiencia y con una antigüedad de entre 1 y 5 años, quienes presentan niveles más elevados de este síndrome (Núñez et al., 2010; Sánchez-Alonso y Sierra, 2014). No obstante, estudios como el de Vilà et al. (2015) o el de Navarro-González, Ayechu, y Huarte (2015), indican que los contratados estables presentan mayor burnout que los interinos, independientemente de los años de experiencia, y que son los hombres frente a las mujeres quienes presentan niveles más altos de burnout.

Pero no solo los citados factores se relacionan directamente con el estrés laboral. Los factores individuales, tanto objetivos como subjetivos, parecen ser condicionantes e influir en el nivel de burnout (Aguado, Bátiz, y Quintana, 2013). Así, tener una buena relación social, la satisfacción laboral, la responsabilidad asignada, percibir como buena la gestión laboral de los superiores, una adecuada adaptación al puesto de trabajo, trabajar en equipo, presentar un autoconcepto alto y sentirse motivado actuarían como factores protectores frente a la probabilidad de presentar sintomatología de estrés percibido, mientras que las exigencias emocionales, una baja satisfacción con las relaciones con pacientes y familiares, percibir como bajo el apoyo de los superiores y los compañeros, el desequilibrio entre esfuerzo y recompensa, falta de tiempo de ocio debido a las demandas laborales, un compromiso excesivo, el conflicto de rol y el desprestigio social, las altas demandas laborales y la inseguridad en el puesto de trabajo se comportan como factores de riesgo (Carballo, Contreras, Vega, y Gómez, 2017; Carballo, Failde, y Vázquez, 2010; Carrillo, Martínez-Roche, Gómez-García, y Meseguer, 2015; Domínguez et al., 2013; García-Rodríguez, Gutiérrez-Bedmar, Bellón, Muñoz-Bravo, y Fernández-Chehuet, 2015; Nieuwenhuijsen, Bruinvels, y Frigins- Dresen, 2010; Silva, Gutiérrez-Strauss, Pando, y Tuesca, 2014).

Empero, existe gran controversia en las variables anteriormente mencionadas ya que, los resultados hallados en la multitud de estudios realizados acerca del burnout en esta población, arrojan resultados discordantes y contrarios, por lo que una de las mayores limitaciones radica en la falta de comparabilidad entre estudios (Domínguez et al., 2013). Así, por ejemplo, en el estudio de Talavera, Luceño, Martín, y Navarro (2015), los especialistas de atención primaria percibían menor apoyo organizacional que los trabajadores hospitalarios, mientras que estos últimos percibían más demandas que los médicos de atención primaria. En concreto, dentro de los especialistas de atención primaria, el grupo de enfermeros son quienes presentan menor burnout (Vilà et al., 2015). Frente a esto, el estudio de Navarro-González, Ayechu, y Huarte (2015), establece que son los administrativos y los médicos de familia son quienes presentan mayores niveles de burnout, frente a los profesionales de enfermería. Mientras que Salillas (2017) indica que son los enfermeros del área de psiquiatría quienes presentan mayores niveles de burnout frente a los de urgencias y cirugía, a diferencia de lo encontrado en el estudio de Sánchez-Alonso y Sierra (2014).

Tal y como señalan Agudo et al. (2013), aún queda mucho camino por recorrer, no solo en cuanto al conocimiento de la situación laboral en nuestro país y sus repercusiones, sino también en establecer medidas eficaces de prevención de riesgos relacionados con ambientes estresantes, así como en la prevención de patologías derivadas en los profesionales sanitarios. Igualmente, se hace necesario implementar medidas de concienciación, de entrenamiento y adaptación ante situaciones de estrés y ansiedad que puedan darse en estos colectivos de atención sanitaria (Domínguez, Padilla, Domínguez, y Domínguez, 2013).

Con la presentación de este proyecto el Grupo de Investigación continúa su trayectoria de investigación, analizando el Síndrome de Burnout dentro del ámbito sanitario, el cual afecta directamente a los trabajadores e, indirectamente, a los ciudadanos. Del mismo modo, permitirá poner a disposición de los empleados sanitarios, y de los especialistas y técnicos en prevención de riesgos laborales responsables de dicho servicio, por ejemplo, de la Excma. Diputación Provincial de Almería, un portal donde se recojan las actuaciones, medidas y factores que permitan la prevención y la intervención ante este síndrome.

2. Objetivos

Este proyecto pretende la indagación y el análisis de los aspectos que influyen en el desarrollo de patologías asociadas al estrés y el burnout de los profesionales sanitarios de la Provincia de Almería, así como el establecimiento de intervenciones destinadas al restablecimiento de la salud psicológica. Supondrá, además, el desarrollo de un portal virtual que permita la consulta instantánea de publicaciones y documentos fundamentados científicamente, acerca de los factores de riesgo, protección y actuación sobre el Síndrome de Burnout. Siendo estos, en su mayoría, derivados del estudio de la población de profesionales sanitarios que se llevará a cabo.

Así, el desarrollo de este proyecto supondrá, por un lado, el estudio en profundidad de las variables asociadas a la aparición de burnout en los trabajadores del ámbito sanitario, así como de los factores que median en su prevención, además del análisis de intervenciones eficaces que palien su incidencia. Por otro lado, se creará un portal virtual donde se recojan las publicaciones y hallazgos derivados del análisis anteriormente planteado, con el fin de poner a disposición de los profesionales sanitarios, especialistas en prevención de riesgos laborales, así como de la ciudadanía en general y cualquier otro interesado, los conocimientos y recursos necesarios para el fortalecimiento de los individuos que sufran riesgo de padecerlo.

3. Metodología

FASE I. Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio y Agosto

  1. ELABORACIÓN DE LA PÁGINA WEB DEL PROYECTO. Se darán a conocer los objetivos, hipótesis, metodología, etc., y se irán incorporando las publicaciones realizadas a partir del proyecto.
  2. SELECCIÓN Y ELABORACIÓN DE CUESTIONARIOS.
  3. IMPLEMENTACIÓN DE LOS CUESTIONARIOS. Se realizará un estudio descriptivo transversal. Para ello, se seleccionarán de forma aleatoria los hospitales y centros de los que se extraerá la muestra y en los que se implementan los cuestionarios.

FASE II. Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre

  1. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS.
  2. ACTUALIZACION DEL PORTAL WEB. Se trata de establecer y exponer las conclusiones alcanzadas con el estudio.

4. Resultados previstos

Por un lado, la primera fase del proyecto permitirá, a través de la evaluación y análisis de la muestra, conocer en mayor profundidad las características y factores que se relacionan con este síndrome, así como las competencias y recursos personales para el fortalecimiento de los individuos que sufran riesgo de padecerlo.

Por otro lado, la fase dos del proyecto, dotará a los trabajadores sociales, técnicos en prevención de riesgos laborales, psicólogos y profesionales de la salud en general, de un portal que facilite el acceso a una serie de conocimientos acerca de qué factores están relacionados con el desarrollo del Síndrome de Burnout. A su vez, esto permitirá conocer el perfil de los sujetos en riesgo de padecer burnout y, por tanto, prevenir las consecuencias asociadas sobre el la salud tanto física como psicológica del empleado, el rendimiento laboral y el cuidado a los pacientes. Igualmente, dado que actualmente no se conoce un tratamiento específico para el síndrome de burnout (lo que se utiliza son terapias para restablecer la salud psicológica, un adecuado rendimiento laboral y el autocontrol), se definirán cómo llevar a cabo estas intervenciones de forma eficaz, además de apostar por la solución más poderosa es la actualidad, que es la prevención.